Medellín, alegría innumerable

Habitamos una ciudad mágica, toda ella llena de misterios que a menudo se disfrazan y se esconden en los lugares más insospechados, entre la gente y lo cotidiano, entre el cielo y las palabras que van rondando en ese aire espeso que te sumerge en un espacio donde son posibles mil y una realidades, cada una más sorprendente que la anterior. Pero es ese mismo ocultismo el que no permite que la magia, es decir la alegría, se esparza sobre todas las personas; se debe tener decisión para ir en su búsqueda, un ímpetu despavorido que anhele sinceramente hallar en lo simple las más secretas verdades. No es fácil soportar el calor, ni el cansancio, a veces tampoco es sencillo pensar en la mera idea de buscar. Pero si nos paramos un rato a pensar, a cuestionar esas lagunas que en ocasiones no nos dejan avanzar, se puede entrever un poco del camino a seguir, de ese sendero maravilloso que nos plantea la plena seguridad de sentirnos capaces.



Aquí va un video que hice recorriendo los rincones de Medellín:



Eso y mucho más es Medellín, una ciudad que atrapa y enamora desde el primer momento. Sus calles pintorescas, sus zonas turísticas que son emblema nacional, su gente carismática y alegre que resalta en cualquier lugar del mundo.

Medellín es un amigo que te recibe con los brazos abiertos y te invita a tomar un jugo bien helado; Medellín es ese amigo que te presta la camiseta, que te ayuda a seguir, que si no ve la solución al menos se ríe del problema.




No hubo un solo rincón de Medellín en el que no estuviera caminando con una sonrisa en el rostro, y eso que lo anduve de pies a cabeza.


En las entradas que encontrarán en las pestañas de arriba, mostraré los lugares más emblemáticos de la ciudad, los considerados imperdibles para conocer de cerca la cultura y la historia que se palpita en todos los rincones de Medellín.

Un consejo que les doy es que caminen, que se pierdan, que intenten mezclarse con el entorno. 


Soy Caliche y seguiré caminando.


Comentarios